Home / Ultimas Noticias

Archivo Noticias de la Ciencia y la Tecnología.

Archivo Noticias del Espacio

Contacto

 


 

Suscripciones (público/email)

Boletín Noticias de la Ciencia y la Tecnología

Boletín Noticias del Espacio

Boletín Noticias de la Ciencia y la Tecnología Plus

Suscripciones (servicios a medios)

Reproducción de contenidos en medios comerciales

Recuerda: suscríbete a nuestros boletines gratuitos y recibe cómoda y semanalmente las noticias en tu dirección electrónica.

Ecología
Historia de Dos Grupos de Arboles

10 de Julio de 2003.

Foto: Jilian Gregg. Copyright © Cornell UniversityEn Brooklyn, crece un grupo de árboles a pesar de la polución presente en el aire de la gran ciudad. Mientras, otros árboles idénticos, plantados en las afueras, crecen sólo la mitad de bien. Un estudio de la Cornell University, publicado en la revista Nature, atribuye esta situación a la “huella” atmosférico-química que favorece a los árboles de la ciudad.

Jillian W. Gregg, ecóloga en Cornell, confirma los resultados. La polución procedente de la ciudad, y en especial el ozono, afecta más duramente a los árboles de las afueras, en las cercanías de Nueva York, que a los que se hallan dentro de ella.

Gregg aún era estudiante de doctorado cuando empezó a plantar clones idénticos de álamos (Populus deltoides) dentro de la ciudad y fuera de ella. Lo hizo en el New York Botanical Garden, en Hunts Point, en una gasolinera Consolidated Edison de Astoria, en el Brookhaven National Laboratory, en el Eisenhower Park y en el Cornell Horticultural Research Laboratory. Después, hizo lo propio en el instituto Millbrook, a 80 km de Manhattan.

El objetivo del estudio era mostrar el impacto sufrido por las plantas durante su desarrollo en los suelos llenos de metales pesados del núcleo duro de la ciudad, donde están presentes además una gran variedad de contaminantes gaseosos, fotoquímicos y en partículas, producidos por los motores que consumen combustibles fósiles. Los álamos, de crecimiento rápido, actuarían como una especie de “fitómetro” para medir el efecto neto de los contaminantes urbanos e industriales sobre los ecosistemas urbanos y rurales.

Durante tres temporadas de crecimiento consecutivas, Gregg visitó los lugares donde había plantado los árboles y los analizó, pesando su biomasa y realizando otros tipos de mediciones. Controló las diferencias de luz, precipitación, longitud de las estaciones, y los factores relacionados con el suelo. La calidad del aire, sin embargo, fue el principal factor de preocupación, ya que los álamos experimentales que crecían en Queens y en el Bronx, por ejemplo, “respiraban” los mismos contaminantes que las otras plantas (y personas) del distrito.

Observando los resultados, y de forma inesperada, los árboles de la ciudad se habían desarrollado bien, con una biomasa que doblaba la de sus hermanos en los puntos rurales.

La ecóloga sabía que cierta precipitación de contaminantes y los microclimas calientes existentes en las “islas de calor” pueden propiciar un aumento del crecimiento vegetal. Sin embargo, estos factores no justifican completamente el fenómeno. La respuesta la tenemos en el ozono. El ozono “bueno” (una molécula de tres átomos de oxígeno), se halla en la capa del mismo nombre, en la estratosfera, donde protege a los seres vivos de la acción de la radiación ultravioleta. El “malo” es el que permanece a nivel del suelo, interfiriendo en el metabolismo de las plantas. Una exposición severa al ozono provoca necrosis o muerte celular.

Gregg descubrió que en algunas áreas metropolitanas de la ciudad de Nueva York, y también en otras ciudades contaminadas, existe una exposición al ozono menor a la esperada. La explicación es que el ozono es un contaminante secundario. Los precursores del ozono son emitidos en la ciudad, pero deben actuar en presencia de luz solar, a lo largo del tiempo, para poder formarlo. Para entonces, la masa de aire se ha desplazado hacia los entornos rurales, y son los árboles plantados allí quienes sufren las consecuencias.

Información adicional en:


Copyright © 1996-2003 Amazings.com. All Rights Reserved.
Todos los textos y gráficos son propiedad de sus autores. Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin consentimiento previo por escrito.
Logos originales  por Gloria García Cuadrado y Daniel González Alonso, 1998