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Astrofísica
El Halo de Andrómeda
9
de Mayo de 2003.
Utilizando
las imágenes en luz visible más “profundas” obtenidas hasta ahora con el
telescopio espacial Hubble, los astrónomos han podido medir la edad del
halo esférico de estrellas que rodea a la vecina galaxia de Andrómeda
(M31).
Para sorpresa de los científicos, aproximadamente un tercio de las
estrellas de este halo se formaron hace “sólo” entre 6.000 y 8.000
millones de años, mucho menos que los 11.000 a 13.000 millones de años
de las estrellas del halo de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
¿Por qué esta diferencia de edades? Aparentemente, M31 debió fusionarse
con otra gran galaxia, o quizá con varias más pequeñas, hace miles de
millones de años. Los astrónomos aún no saben si fue un fenómeno
tumultuoso o si fue una sucesión continuada de fusiones con galaxias más
pequeñas. Las estrellas “jóvenes” encontradas en el halo de Andrómeda
son más ricas en elementos pesados que las estrellas del halo de nuestra
galaxia. El nivel de enriquecimiento químico parece típico de galaxias
relativamente masivas, conteniendo al menos 1.000 millones de estrellas.
Esto sugiere tres posibilidades: que las colisiones destruyeron el disco
joven de M31 y dispersaron muchas de sus estrellas en dirección al halo;
que una única colisión destruyó a la galaxia invasora (ésta,
relativamente masiva), y dispersó sus estrellas, así como algunas del
disco de Andrómeda, hacia el halo; o que se formaron muchas estrellas
nuevas durante la propia colisión.
Serán necesarias observaciones más detalladas para aclarar este punto.
Localizada a sólo 2,5 millones de años-luz de distancia de nosotros, la
galaxia de Andrómeda, visible a ojo desnudo en el cielo de otoño, es
considerada un gemelo de nuestra Vía Láctea en cuanto a tamaño, forma y
edad. Conocer mejor a M31 implica saber más cosas de nuestra propia Vía
Láctea, sobre cómo se formaron, devorando a otras galaxias después de
atraerlas hacia ellas.
Hasta ahora, los telescopios sólo habían podido ver las estrellas más
brillantes de la población del halo de Andrómeda. Las estrellas
“normales”, como el Sol, estaban fuera de nuestro alcance. Con la cámara
ACS del telescopio espacial Hubble, los astrónomos han podido resolver
unas 300.000 de estas estrellas anteriormente invisibles.
En la misma imagen de M31, el Hubble nos muestra a miles de galaxias
situadas a miles de millones de años-luz de distancia (brillando hasta
la magnitud 31), muchas de ellas resultado de múltiples colisiones.
Información adicional en:
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