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Paleontología
Pelvis Femenina Prehistórica Aporta Datos
Reveladores Sobre el Desarrollo Humano
8 de Diciembre de 2008.
 El
descubrimiento de la pelvis femenina más intacta de un Homo erectus
podría provocar que los científicos reconsideren cómo los primeros
humanos evolucionaron para dar a luz satisfactoriamente a bebés con
cerebros más grandes.
 Menéame
Una reconstrucción de la pelvis de 1,2 millones de años descubierta en
el 2001 en Afar, Etiopía, ha llevado a los investigadores a especular
con que los primeros humanos estaban mejor dotados para producir bebés
con cerebros más grandes de lo que se pensaba anteriormente.
Reconstruyendo los fragmentos de huesos de la pelvis de una mujer adulta
de 1,2 millones de años de antigüedad, el paleoantropólogo Sileshi Semaw
de la Universidad de Indiana en Bloomington y sus colaboradores
determinaron que el tamaño del canal del parto de esa mujer era más de
un 30 por ciento mayor que lo considerado como normal a partir de las
estimaciones previas basadas en una pelvis masculina joven de 1,5
millones de años encontrada en Kenia.
Los científicos también estuvieron intrigados por otros atributos únicos
del espécimen, tales como su pequeña estatura y una forma más ancha del
cuerpo, rasgos vistos con mayor frecuencia en homínidos adaptados a
climas templados, en lugar del cuerpo alto y estrecho que se ha
considerado que era más eficiente para hacer largos desplazamientos.
Los primeros humanos se volvieron más altos y estrechos con el paso del
tiempo, según consideran los científicos, debido parcialmente a los
desplazamientos de larga distancia y para ayudarlos a mantenerse con una
temperatura corporal constante. Una consecuencia, sin embargo, es que
una pelvis más estrecha habría sido menos adecuada para producir
descendientes con cerebros más grandes.
Pero en lugar de un homínido alto y estrecho con la esperada región
pélvica más pequeña, Semaw y su equipo han encontrado evidencia de una
homínida preparada para producir descendencia con un cerebro mucho más
grande.
Los científicos que estudian a los primeros humanos encuentran
mayormente fragmentos de cráneos y de piezas dentales, mientras que en
raras ocasiones se descubren huesos fósiles del cuello hacia abajo.
Incluso resulta más difícil poder confirmar que unos huesos fósiles de
Homo erectus pertenecen a una hembra.
Los científicos habían pensado que las primeras hembras adultas de Homo
erectus, debido al hipotéticamente pequeño canal del parto, podrían
producir descendencia con sólo un tamaño limitado de cerebro al nacer.
Estos pequeños habrían entonces experimentado un rápido crecimiento
cerebral en las primeras etapas de desarrollo. Esta hipótesis condujo a
muchos científicos a concebir un escenario de mucha intervención materna
en la crianza de los pequeños, parecido al de los humanos modernos. Pero
estas teorías se han basado en extrapolaciones partiendo del esqueleto
masculino existente de Kenia.
Información adicional en:
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