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Ingeniería
Nueva Tecnología Desaladora
7 de Enero de 2005.

Foto: University of FloridaLa desalación del agua marina es calificada a menudo como la solución a la falta de agua potable en el mundo. Sin embargo, las plantas que se ocupan de ello consumen actualmente demasiada energía. Investigadores de la University of Florida han desarrollado una tecnología de desalación que puede aprovechar el calor que se desecha en las centrales eléctricas.

James Klausner y su equipo son conscientes de la creciente demanda de agua potable, y de las dificultades para hacer frente a dicha demanda que deben enfrentar la mayoría de países del mundo, básicamente debido al crecimiento de la población. Parece pues obvio que en un futuro próximo deberá tratarse el agua salada marina para cubrir las necesidades, y que la desalación será un proceso obligatorio. Con la tecnología que ha desarrollado el grupo de Klausner, podrá aprovecharse el calor sobrante de las centrales eléctricas para producir millones de litros de agua potable al día. Dicha tecnología ha sido inventada por el propio Klausner y por Renwei Mei.

En la actualidad funcionan más de 7.500 plantas desaladoras en todo el mundo, dos tercios de ellas en Oriente medio, donde a menudo no hay otra alternativa posible. En Norteamérica, están instaladas sobre todo en Florida y el Caribe, donde se produce el 12 por ciento del volumen mundial de agua desalada. Los estadounidenses, sin embargo, sólo reciben un 1 por ciento de su agua con esta procedencia. En el futuro, no obstante, esta cifra crecerá necesariamente. Países como China o Japón ven crecer su demanda de forma constante.

La mayoría de plantas desaladoras usan destilación u ósmosis inversa. En el primer caso el agua salada hierve y se evapora, para que el vapor se condense formando agua potable. En el segundo caso, bombas de alta presión obligan al agua salada a pasar por filtros muy finos que atrapan las sales y otros minerales.

Los dos métodos obligan a gastar mucha energía o tienen otros problemas. La tecnología de Klausner modifica el sistema de destilación, y pasa a utilizar un proceso físico llamado difusión de masa, en vez de calor, para evaporar el agua salada. Una serie de bombas llevan a esta última a través de un calentador y la rocían dentro de una torre de difusión, una columna recubierta con una matriz de polietileno que crea una gran área de superficie por la que el agua fluirá durante la caída. Otras bombas situadas en la zona inferior de la torre lanzan aire caliente y seco a través de la columna, hacia arriba. Cuando el agua salada se encuentra con el aire caliente, se evapora. Un sistema empuja el aire saturado hacia un condensador, la primera etapa de un proceso que obligará a condensarse a la humedad, produciendo agua dulce.

Lo importante de este sistema es que permite utilizar el agua caliente procedente de las centrales eléctricas, donde se ha usado como refrigeración, para calentar el agua salada que se pretende desalar.

Klausner ha probado un pequeño prototipo experimental en el laboratorio. Los resultados sugieren que una versión más grande, unida al agua refrigerante de una planta eléctrica típica de 100 megavatios, podría desalar 1,5 millones de galones de agua diarios, a un coste que es una cuarta parte del que supone utilizar un sistema de destilación convencional. Otras posibilidades serían aprovechar el calor de colectores solares u otras formas de generación.

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