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Astrofísica
Fábrica de Antimateria en el Sol
4 de Septiembre de 2003.
Las
explosiones que se producen en el Sol producen partículas de
antimateria. La observación de este fenómeno proporciona información muy
valiosa sobre los propios estallidos y podría modificar nuestras teorías
sobre su funcionamiento físico.
Las llamaradas o erupciones solares se encuentran entre las explosiones
más potentes que suceden en el Sistema Solar. La mayor de ellas puede
emitir tanta energía como mil millones de bombas nucleares de 1 megatón.
Un grupo de investigadores utilizó el satélite RHESSI (Reuven Ramaty
High Energy Solar Spectroscopic Imager) de la NASA para obtener
fotografías y datos sobre una erupción en particular, ocurrida el 23 de
julio de 2002, y ahora anuncian los resultados de su análisis.
El pequeño observatorio espacial utilizó sus instrumentos para detectar
la radiación gamma y los rayos-X de alta energía procedentes de la
erupción, con una precisión y claridad sin precedentes. No es pues
extraño, dice Robert Lin, de la University of California, en Berkeley,
que hayamos encontrado algunas sorpresas.
Al entrar en contacto, la antimateria se autoaniquila con la materia
normal, proporcionando un estallido de energía muy poderoso. Con nuestra
tecnología actual, sólo sabemos producir antimateria en cantidades muy
pequeñas, normalmente utilizando grandes aceleradores que hacen
colisionar átomos entre sí. La erupción solar de julio de 2002 produjo
medio kilogramo de antimateria, suficiente como para alimentar
energéticamente a los Estados Unidos durante dos días. Lo más
sorprendente, sin embargo, es que dicha antimateria no se destruyó donde
se esperaba.
La antimateria es descrita a menudo como la imagen especular de la
materia ordinaria. Para cada tipo de partícula de materia existiría una
partícula de antimateria idéntica pero de carga eléctrica opuesta. Así,
tendríamos antiprotones, positrones (antielectrones), etc. La
antimateria es poco frecuente en nuestro universo, pero puede ser creada
mediante colisiones de alta velocidad entre partículas de materia
normal, donde parte de la energía del choque permite producir
antipartículas. Por eso, la antimateria se produce en las erupciones
solares, donde las partículas que se mueven muy deprisa por la explosión
chocan con otras más lentas que se hallan en la atmósfera solar.
Según la teoría de las erupciones solares, tales colisiones ocurren en
regiones relativamente densas de la atmósfera del Sol, ya que se
necesitan muchas colisiones para producir cantidades significativas de
antimateria. Por la misma razón, los científicos esperaban que la
antimateria fuera aniquilada cerca de estos mismos lugares, donde habría
muchas partículas de materia ordinaria disponibles para el contacto. Sin
embargo, según los resultados del RHESSI, la erupción estudiada podría
haber lanzado las partículas de antimateria lejos de donde fueron
producidas, permitiendo que se destruyeran en otro lugar (en regiones de
densidad muy inferior debido a las altas temperaturas). O quizá
simplemente ocurre que las erupciones son capaces de crear cantidades
importantes de antimateria en regiones menos densas. Los científicos
están estudiando el fenómeno para hallar una explicación clara de este
aparente desplazamiento.
Las erupciones solares también son capaces de lanzar partículas cargadas
eléctricamente, presentes en la atmósfera del Sol (electrones e iones),
a casi la velocidad de la luz. Parece como si las erupciones
clasificaran de alguna forma a las partículas, ya sea por su masa o por
su carga eléctrica, a medida que las propulsan a velocidades
ultra-altas.
En todo caso, toda esta información nos aporta nuevas pistas sobre cómo
funcionan las famosas llamaradas, producidas debido a la actividad
magnética del Sol.
Información adicional en:
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