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Física Solar.
Visita a la Magneto-Cola

3 de Agosto de 2001.

Foto: U. of CaliforniaGracias a un encuentro afortunado durante el vuelo a través de la cola magnética de la Tierra, hace dos años, la nave espacial Wind podría haber resuelto un misterio largamente perseguido sobre cómo interactúa el campo magnético solar con el de nuestro planeta.

El satélite Wind, propiedad de la NASA, fue lanzado en 1994 para estudiar el viento solar y su interacción con la magnetosfera terrestre, la región del espacio en la que los campos magnéticos de la Tierra actúan como escudo. El 1 de abril de 1999, el vehículo se encontraba atravesando la cola magnética, una región en la sombra del planeta donde la magnetosfera se ve alargada y comprimida por el viento solar, alcanzando una distancia de más de 100 veces el diámetro terrestre.

Físicos de la University of California en Berkeley examinaron con atención los datos enviados por el Wind en dicha oportunidad porque sospecharon que, por casualidad, éste había pasado por la zona donde las líneas del campo magnético de la Tierra y del Sol se "cortocircuitan", reconectándose, lanzando chorros del partículas cargadas en el proceso.

El fenómeno, llamado reconexión magnética, ha sido hasta ahora un misterio de lo más importante. Existe en todo el Universo, allá donde los campos magnéticos interactúan. Por ejemplo, se cree que la reconexión es patente en la atmósfera solar, produciendo las conocidas protuberancias.

Cuando los campos terrestre y solar interaccionan y se reconectan, las partículas del Sol que circulan a lo largo de las líneas del campo magnético son capaces de deslizarse como perlas de un collar hasta las líneas del campo terrestre, continuando hasta los polos y generando las llamadas auroras.

Con el Wind, hemos tenido la suerte de ver el proceso de la reconexión en acción. Los resultados han confirmado muchos de los aspectos teóricos desarrollados alrededor del fenómeno desde 1946.

El Wind fue diseñado para estudiar la zona frontal de la magnetosfera terrestre, aquella que choca contra el viento solar. Pero en 1999, la NASA decidió modificar su órbita para observar con sus instrumentos otras regiones de la magnetosfera. Para ello se planeó una trayectoria de sobrevuelo lunar que permitiría usar su gravedad como una honda, cambiando la órbita del ingenio. Durante la maniobra, el Wind pasó justo por el centro de la magneto-cola, y de forma casual, a través de la zona de reconexión, a unos 60 radios terrestres, el punto en el que se cree penetran la mayoría de las partículas solares que acabarán penetrando en la magnetosfera.

El área en la que se produce la reconexión se llama región de difusión (ver imagen) y es la fuente de los chorros de partículas opuestos que la caracterizan. Nunca antes examinada de cerca por una nave espacial, la Wind nos ha explicado que se extiende a lo largo de un área equivalente a la mitad del diámetro lunar.

La reconexión, según el satélite, se produce sin colisiones de las partículas del plasma (sobre todo iones de hidrógeno y electrones). Esta es una de las razones por las que el fenómeno se produce tan rápido. La NASA ya tiene a punto a otro vehículo para estudiar estos fenómenos. El HESSI volará en breve para analizar las protuberancias solares y los eventos de reconexión magnética que las generan.

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