LA
REVOLUCION DE LA ELECTRONICA
DENTRO DE LA MUSICA
Capítulo
3: LA REVOLUCION ELECTRONICA EN MARCHA (Primera Parte: 1970-75)
Por: Jorge Munnshe
Kraftwerk se formó en 1970. Sus fundadores, Ralf Hutter y Florian Schneider, se conocieron dos años antes estudiando Música Clásica en el conservatorio de Dusseldorf. Por el grupo pasarían artistas como Klaus Dinger y Michael Rother (que fundarían Neu), Karl Bartos, Wolfgang Flur, y otros.
El concepto de Kraftwerk, así como la esencia de la música Tecno, nacen de una visión urbana o industrial del mundo que nos rodea, una visión posible tan sólo a partir de la explosión tecnológica que siguió a la Segunda Guerra Mundial, con el espectacular desarrollo industrial, las autopistas, los rascacielos, los electrodomésticos, la tecnología formando parte íntima de la existencia cotidiana en las grandes ciudades. Se ha definido al Tecno como la Música Folk de los núcleos urbanos, quizá por aquello de que los estilos de vida en dos grandes ciudades de puntos distintos del mundo se asemejan más entre sí que a los de localidades rurales de su misma región.
A nivel instrumental, Kraftwerk se mantuvo alejado de los sintetizadores standard que aparecieron en la época de la mano de firmas como Moog, EMS, o ARP, para utilizar su propio equipamiento. Este era más bien rudimentario al principio: osciladores de fabricación casera, órganos eléctricos alterados, todo tipo de planchas metálicas destinadas a percusión, y cinta magnética en la que manipular las grabaciones. Con el transcurso de unos años, su estudio llegaría a convertirse en un laboratorio de élite, provisto de prototipos de nuevos modelos desarrollados por diversas compañías, y aparatos construídos de encargo.
La escena musical electrónica cosechó un éxito tecnológico importante con la sofisticada banda sonora del film The Andromeda Strain ("La Amenaza de Andromeda") compuesta por Gil Melle, y también artístico, pues se trata de auténtica música, no de ruidos más o menos complejos como es el caso de otras bandas sonoras de la época.
Tangerine Dream lanza su álbum Alpha Centauri, cuyo título es una clara indicación del impacto que la madurez de la Era Espacial tuvo sobre el panorama musical y la sociedad industrializada en general. En el álbum se utiliza un VCS-3 además de los órganos eléctricos. Este es el primer álbum donde se aprecia con claridad el inconfundible estilo de Tangerine Dream, y puede considerarse como el verdadero inicio discográfico del grupo. En ese momento, TD lo forman Edgar Froese, Christopher Franke (batería procedente del Jazz y antiguo miembro de la banda Agitation Free) y Steve Schroyder. Conrad Schnitzler ha abandonado TD para regresar por corto tiempo a Cluster, del cual sale para iniciar su carrera en solitario. Klaus Schulze también ha dejado TD. Funda la banda Ashra Tempel. Aparece el primer álbum de ésta, y el de Kraftwerk. Pink Floyd prosigue en una de sus fases más cósmicas con Meddle.
Vangelis se encuentra en una etapa de transición decisiva dentro de su carrera musical. Tras el álbum 666, donde él asume la composición, Aphrodite's Child se disuelve. Vangelis está un poco indeciso ante el camino que debe tomar ahora. Vaga entre Francia y Gran Bretaña, está a punto de ingresar en el grupo Yes, y realiza aquí y allá algunos trabajos experimentales esparcidos, como el ya citado álbum que recoge el ambiente de Mayo del 68. Sobresale su innovadora banda sonora para L'Apocalypse des Animaux. Algunas de las composiciones son geniales, reveladoras de una poderosa imaginación. El mérito es además doble, por basar el trabajo en órganos eléctricos y no sintetizadores.
Cada uno de los miembros de Aphrodite's Child sigue su propio camino, pero en el caso de los dos primos, Demis Roussos y Vangelis, estos caminos permanecerán cercanos. Roussos es por entonces un cantante ya consolidado, e iniciará una exitosa carrera en solitario. Durante una época, Vangelis compondrá canciones para su primo. Esta actividad, y no los trabajos particulares que realiza en estos años, será lo que realmente le dé dinero. Gracias al éxito de su primo, Vangelis dispondrá de los fondos suficientes para construirse un estudio surtido del equipamiento más sofisticado y abundante en sintetizadores.
Estamos a principios de los 70. La música electrónica todavía se relaciona con "viajes" de LSD y alucinaciones de combatientes de la Guerra del Vietnam. Pero al extenderse el uso de los sintetizadores en el Rock y el Pop, esa imagen irá borrándose de forma progresiva. Yes, Genesis, y Jan Hammer, entre otros, ya los usan.
La formación más duradera y acaso la más brillante de Tangerine Dream se establece en 1972, cuando Steve Schroyder abandona el grupo y Edgar Froese contacta con el teclista Peter Baumann en el club berlinés donde éste toca. Le propone incorporarse al grupo, lo cual acepta. El primer álbum surgido de esta nueva configuración es el legendario Zeit, una obra densa y tenebrosa.
Schulze empieza su carrera en solitario con Irrlicht, una impresionante sinfonía electrónica que además tiene el mérito de estar hecha básicamente a partir de un único sintetizador Synthi AKS.
Aparece el segundo álbum de Kraftwerk, y Schwingungen de Ashra Tempel. Popol Vuh inicia una fructífera colaboración con el cineasta Werner Herzog, que se prolongaría durante muchos años. La banda sonora de Aguirre: The Wrath of God, proporciona al film una dimensión especial, muy en la onda del particular estilo de Herzog, y es un gran acierto.
En la URSS, Eduard Artemiev prosigue su innovadora carrera musical, con trabajos como la banda sonora de la película Solaris. Pese al tradicional telón de silencio vigente en la época, en años sucesivos se irán conociendo en el mundo diversos artistas del Este de Europa, como por ejemplo el polaco Marek Bilinsky, el yugoslavo Laza Ristovski, el alemán oriental Rainer Oleak, y los húngaros Petr Hapka, Gabor Pressor y Laszlo Benko.
La tecnología en materia de sintetizadores avanza de manera gigantesca en un par de años. Klaus Schulze graba su segundo LP, Cyborg, que sigue la línea del primero aunque resulta más innovador. Y Picture Music, el tercero, contiene a su vez ideas más vanguardistas que el segundo, además de revelar un salto tecnológico impresionante.
Kraftwerk presenta el álbum Ralf & Florian. Ambos músicos fundadores utilizan ahora algunos sintetizadores standard. Pink Floyd abandona los aspectos más experimentales de su estilo y potencia los netamente melódicos, conectando con un público más amplio.
Ashra Tempel presenta Join In, que cuenta con la participación de Klaus Schulze y también de Rosi Mueller. Esta última ingresa en la banda, donde trabajará durante varios años.
En Agosto de 1973, Tangerine Dream grabó Green Desert. Esta obra permanecería inédita durante más de diez años, hasta que el grupo se decidió a revelarla en una recopilación sobre sus primeros discos. El LP oficial del 73 fue Atem, que ya mostraba la consolidación definitiva del Sonido Tangerine Dream, alcanzada con la grabación de Phaedra en Diciembre de ese mismo año.
Bandas que nada tienen que ver con la música electrónica, también se modernizan e incorporan nuevas técnicas a su trabajo. Uno de los ejemplos que llaman la atención en ese sentido es el del grupo Rock-Folk norteamericano Creedence Clearwater Revival, que publicó algunas piezas con rasgos inusuales, e incluso la titulada Pendulum de carácter decididamente experimental.
El lanzamiento de Phaedra en 1974 coincide con el del primer LP de su líder, Edgar Froese, en solitario: Aqua, y con la proyección internacional del grupo, que se sitúa entre los diez primeros puestos de las listas británicas.
Klaus Schulze, que, al igual que TD, traspasa fronteras, publica Black Dance, en donde combina barítono y coros operísticos con los más modernos sintetizadores de la época.
Kraftwerk también se ve catapultado al éxito. Su álbum Autobahn, auténtica balada a las autopistas, da a conocer el Tecno en Europa. En él, cantan a través de un prototipo de vocoder especialmente construído para ellos.
Si Tangerine Dream popularizó el secuenciador en la confección de complejísimos ritmos, Kraftwerk sería el grupo que popularizaría el vocoder como artefacto capaz de distorsionar la voz humana hasta límites asombrosos, logrando esas voces metálicas que parecen salidas de un robot. Lo curioso es que el vocoder no fue inventado entonces, sino que su existencia se remonta nada menos que a los años treinta, y que no fue desarrollado para aplicaciones musicales, sino como codificador / decodificador de voz destinado a fines militares, en concreto para enmascarar conversaciones telefónicas, como una parte más del sistema de Inteligencia Aliado durante la Segunda Guerra Mundial.
The Exorcist ("El Exorcista"), uno de los films de terror con mayor impacto en la historia del cine, debe una parte de su efecto a los fantasmales fragmentos del Tubular Bells de Mike Oldfield que acompañan las secuencias más míticas de la cinta.
En Italia ya hay autores como Giuliano Sorgini que son pioneros en una música totalmente electrónica para bandas sonoras de películas de terror.
En Japón, Isao Tomita sigue los pasos de Walter Carlos y se dedica a hacer versiones electrónicas de piezas de Música Clásica, sustituyendo la orquesta acústica por los sintetizadores.
La música electrónica se propaga con una velocidad muy elevada, y su aceptación en el público aumenta, sobre todo entre los jovenes. Muestra de ello es el rotundo éxito que Super Sound Single de Conrad Schnitzler cosecha a mediados de los 70 en las discotecas europeas, y que augura un brillante porvenir para la electrónica dentro de los estilos más populares.
Klaus Schulze, a sólo cuatro años del inicio de su carrera en solitario, se perfila como uno de los compositores modernos que más influyen sobre los nuevos artistas electrónicos.
Tangerine Dream estrena su maravilloso Rubycon, donde Chris Franke toma un papel relevante en la composición. La banda efectúa una exitosa gira por Europa, en el transcurso de la cual perfila un álbum considerado por muchos como uno de los pilares de la nueva música electrónica: Ricochet. El disco es un alarde de complejidad rítmica como no se ha oído hasta entonces. Franke, a cargo de los secuenciadores y computadores de ritmo, logra un resultado asombroso. Ricochet es música tan espectacular, tan inmersa en el universo electrónico, que logrará seguir entusiasmando a nuevas generaciones de oyentes en las décadas siguientes. Además, Edgar Froese publica Epsilon in the Malaysian Pale, un complejo e innovador trabajo. El líder de TD ha alcanzado tanto éxito, que, con sólo dos álbumes suyos publicados, ya se comercializa de él una recopilación, titulada Electronic Dreams.
Vangelis obtiene un contrato con la RCA que le permitirá componer sus obras con la suficiente seguridad económica como para poder concentrarse exclusivamente en su elaboración. De otro lado, el dinero ganado con las canciones para Demis Roussos le permite crear su propio estudio. Para ello, Vangelis escoge una casa antigua en Londres. Esta se transformará en el famoso Nemo Studios, fragua artesanal donde Vangelis forjará algunas de sus mejores obras. De nuevo, la inspiración temática le viene del dramatismo épico de los temas bíblicos. Así, su primer disco para la RCA se titulará Heaven and Hell ("Cielo e Infierno"). Con el estudio a medio montar y los albañiles trabajando, Vangelis estrena su arsenal electrónico, grabando la que será una de las obras maestras de la nueva música electrónica. En Heaven and Hell asistimos a un concierto épico donde la electrónica adquiere aspectos cálidos, sentimentales y místicos. Es un álbum con temas violentos, agresivos, y también con otros románticos, que incluyen voz solista femenina y coros. La fusión de voz, percusión y sintetizadores es perfecta; más que fusión, es un Todo único e inseparable. Quizá el mérito mayor, y acaso también el rasgo principal que separa a este músico de la oleada cósmica procedente de Alemania, sea la demostración palpable que hace en este disco de que la música electrónica no tiene por qué sonar fría, siniestra, robótica, sino que sus posibilidades expresivas pueden igualar o superar a las de la orquesta acústica, paradigma de perfección interpretativa.
(Próximo capítulo: Años 1976-79)